ESTAMPIDA
Caminaba sin esmero
hacia el rocódromo, a sabiendas que aún necesitaría una hora más para
despertar. Victor, vestido con pantalones de parches bicolor y camiseta desgastada, de aspecto carabelico y largas melenas, abrió las puertas del local, intentando pasar desapercibido, escurriéndose
entre las retorcidas paredes con presas multicolores.
Dubitativo se acercó a la barra
para saludar a Iker, el barman del local, pero este cabizbajo con la mirada en el móvil, ni se
percató de su presencia. Mientras se ajustaba el arnés, observaba como iban
entrando más personas entre saludos y choques de puños.
- ¿Qué tal? ¿Cómo vas?
- Le pregunto Roberto, el escalador estrella del local.
-Bien. -Respondió-
Acabo de llegar.
- ¿Sabes, que Ondra
está probando un 9c? -Comentó, mientras se sacaba la camiseta, luciendo
músculos desconocidos.
Victor, intimidado no supo que
responder. Al darse la vuelta y tomar distancia, logró recomponerse, atreviéndose a
preguntar por el lugar donde se encontraba la ruta.
- En Noruega,
Flatanger. La cueva tiene un nombre muy raro-. Respondió, mientras apretaba
la hebilla del arnés con fuerza. - Lo que debe ser eso. Solo para sacar 10
pasos se ha pasado cuatro meses. ¡Y la vía tiene 45 metros! Pasa por medio
una cueva con un desplome como este. - Dijo Roberto, colocando su descomunal
mano paralela al suelo.
- Para mí, eso es
ciencia ficción- contestó Victor, mientras se recogía el pelo, con sonrisa tímida.
Un asiduo del
rocódromo del que desconocía su nombre comenzaba a escalar atado al auto
asegurador automático, se movía con movimientos lentos, dejándose llevar por el
placer del gesto.
Roberto, cómo siempre
en la zona más desplomada, se ponía los pies de gato con resignación, con
la mirada atenta en las presas de su último proyecto.
- Cómo
tenga que chapar de la "ñapa" esa, lo tengo claro. - Exclamó Roberto
a su compañero.
- Igual tras el
volumen hay alguna presa escondida, - Le respondió Cristian, mientras pasaba la
cuerda por el Grigri.
Roberto tras hacerse
el nudo, se encaró al desplome. Dos volúmenes invertidos le marcaban el inicio
de la ruta. Con la mano derecha se agarró a una presa lateral roma, puso el pie
izquierdo en adherencia en un lado del triángulo inferior, equilibrándose con
la pierna derecha en el aire. Alargó su brazo izquierdo hacia un
volumen rectangular, para pinzarlo con la mano. Pasó la cuerda por la primera
cinta in extremis, basculó ambas piernas dejándolas en el aire, taloneando de
nuevo el volumen con el pie izquierdo a la vez que presionaba a modo bocadillo
con el derecho.
Roberto escalaba
fluido, con cierto postureo, consciente de la admiración que despertaba,
mientras todos los presentes boquiabiertos observában su danza.
- Venga Máquina. - Le
animó Iker desde la barra.
Cruzó la mano derecha
por debajo de la izquierda para agarrar un poquito más allá el volumen
rectangular, justo al lado del talón del pie izquierdo. Para seguidamente
desenredarse con pies en volandas, colgando de un brazo. Volvió a talonear el
volumen, esta vez con el pie derecho y se lanzó hacia una presa que intuía,
errando y cayendo sin aviso.
Cristian atento, reaccionó
raudo, bloqueando el Grigri de forma brusca.
- Uf, ¡vaya pasacos! Y
eso solo es el principio. - Dijo Roberto con la respiración entrecortada.
Finalizado el
espectáculo, Victor aprovechó el desconcierto y se dispuso finalmente a escalar un V,
del que estaba seguro no iba a despertar tanta curiosidad.
- Compañeros. - gritó
Iker desde la barra por megafonía. -se acaba de publicar en twitter que ayer
Adam Ondra encadenó the Project hard. Lo confirma como 9C y le
cambia el nombre por Silence.
Todo el mundo se volvió
loco, uniéndose en una ovación entre aplausos. Parecía que aquel hombre como
mínimo hubiese llegado a la luna.
Al momento un cuerpo
tatuado, se dirigió sigiloso con mirada atenta hacia un rincón del rocódromo
saltando entre romos y regletas tal cómo el tigre se lanza sobre su presa. Un
grupo de escaladores empezó a jalearlo al igual que hienas exhalando aliento, a
la espera de poder tantear los despojos. Un poco más allá otro escalador se
desplomó en un péndulo pronunciado cayendo sobre el ventilador de la misma
manera que un halcón se lanza sobre su captura. Ante tal estruendo, tras una
dura secuencia, Roberto voló justo en el momento del chapaje. Escalador y
compañero salieron despedidos en sentido contrario colisionando cómo machos
cabríos en celo. Mientras tres niños salidos de no sé dónde, aullando como
lobeznos, se lanzaban en plancha a la colchoneta.
Victor sin todavía haber
escalado, notó falta de aliento y sus brazos entumecidos. Un ligero mareo le
desvió la mirada hacia la barra del bar donde se encontraba un buitre leonado
con cara humana desplegando sus alas, gritando:
- ¿Qué es lo que
querías? Tengo bocadillos, cervezas, magnesio, ¿un número para el sorteo de
material?… Todavía quedan!!
Invadido, ante tal
esquizofrenia, con un dolor en el pecho que le subía por la garganta. Salió del
local en busca de aire, Victor huyó corriendo, con la sensación de ser perseguido por
un caballo desbocado.
Corrio, no dejó de hacerlo, hasta que la falta de aliento le hizo parar.
Corrio, no dejó de hacerlo, hasta que la falta de aliento le hizo parar.
Tembloroso, con
escalofríos, convencido de que aquella nave de dos plantas se derrumbaría o
estallaría en fuegos de artificios. Una debilidad repentina le hizo caer
de rodillas al suelo. El contacto de sus manos en la tierra le llevó a
agarrarse con fuerza a ella. Cerró los ojos, contó hasta diez, respiró profundamente perdiendo la noción del tiempo.
Sus latidos fueron
disminuyendo, la respiración normalizando.Todavía estremecido, alzó la cabeza, abrió los ojos, quedando ensimismado con un mirlo en actitud curiosa rondando entre saltos. Notó la brisa en la
cara, el calor del sol en los brazos y el descanso en el cielo azul.
Molt maco Joan, ja veig l'impuls que ha fet que escriguessis aquesta historia. La bogeria dels escaladors, podia venir per l'encadenament del Project hard, o qualsevol altre cosa que els fer enbogir. La merla va saber estat al teu costat. Jo també vull ser merla.
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