ESTAMPIDA
Caminaba sin esmero hacia el rocódromo, a sabiendas que aún necesitaría una hora más para despertar. Victor, vestido con pantalones de parches bicolor y camiseta desgastada, de aspecto carabelico y largas melenas, abrió las puertas del local, intentando pasar desapercibido, escurriéndose entre las retorcidas paredes con presas multicolores. Dubitativo se acercó a la barra para saludar a Iker, el barman del local, pero este cabizbajo con la mirada en el móvil, ni se percató de su presencia. Mientras se ajustaba el arnés, observaba como iban entrando más personas entre saludos y choques de puños. - ¿Qué tal? ¿Cómo vas? - Le pregunto Roberto, el escalador estrella del local. -Bien. -Respondió- Acabo de llegar. - ¿Sabes, que Ondra está probando un 9c? -Comentó, mientras se sacaba la camiseta, luciendo músculos desconocidos. Victor, intimidado no supo que responder. Al darse la vuelta y tomar distancia, logró recomponerse, atreviéndose a preguntar por el lugar donde se e